Author: S. T. Boston

Escribir ficción ha sido de mi interés desde que tengo memoria. Una de mis cosas favoritas en la escuela era cuando el profesor nos daba rienda suelta para escribir una historia de ficción de nuestra elección, de hecho, me encontré en mi viejo expediente académico una de estas con la que me había ganado una A. Era extraño volverla a leer, diez páginas de A4 dolorosamente escritas a mano con pluma fuente. Sólo tengo 34 años y obviamente los bolígrafos ya habían sido inventados, así que sólo dios sabe por qué me afané en escribirla con pluma fuente, pero lo hice. Terminada la escuela, mi escritura literalmente se detuvo, quedé inmerso en otras cosas que la gente disfruta en la adolescencia, principalmente ir de fiesta y emborracharme, si recuerdo correctamente, y trabajar para pagar las actividades antes mencionadas. Aún en el intervalo de dieciséis años entre esa última historia que encontré escrita a mano y la publicación de Vigilantes, traté muchas veces de comenzar un libro. Tristemente, cualquier proyecto que intenté nunca pasó de los primeros tres capítulos. Incluso comencé a escribir Vigilantes en 2004, apenas después de conocer a mi compañera a largo plazo y ahora prometida, Laura. El inicio era un poco diferente, pero los nombres de los personajes y la trama en general eran los mismos, y así fue como comenzó. Aunque en ese punto no pasé del capítulo dos. Mientras que a menudo se me ocurrían ideas geniales o peculiares para historias que nunca lograba escribir, Vigilantes nunca se iba. Por casi diez años permaneció donde siempre creí que estaba, en mi cabeza. Luego, cuando el libro independiente comenzó a tomar fuerza vi la oportunidad de llevar esta historia allá afuera, ahora todo lo que tenía que hacer era realmente escribirla. Redacté los primeros dos capítulos y dejé que una amiga los leyera, esperando una reseña honesta. Cuando ella literalmente me exigió que continuara escribiendo para poder ver la historia